martes, 13 de enero de 2015

¡Qué divertido es comunicarse!

¡Qué divertido es comunicarse!

¡Hola! Es posible que para ti y para mí sea divertido comunicarnos.  ¿Nos divertimos? ¿Qué crees: que nos podemos divertir?  Pensemos en Mafalda, ¿es divertida?  Para mí lo es.  ¿Y para ti qué tal? ¿Te gusta?  No sé.  Es posible  que sí.  Hay otras comunicaciones divertidas que buscamos en cualquier momento.  Estas que transmiten por la tv., cuando nos presentan a un humorista.  ¿Recuerdas a Gila, a Los Morancos, Tola y Maruja, Benny Hill?  Divertidísimos, ¿no?  Pues a mí me hacen reír siempre que los veo.
A ver, ¿qué me dirías si en estos momentos pudiésemos vernos cara a cara y hablar acerca de lo divertido que es comunicarnos?  Cuánto siento que no podamos vernos.  Sería entretenido.  Quizás hasta nos estuviéramos riendo de nuestras ocurrencias, de nuestras bromas.  Y tendríamos oportunidad los dos de recordar muchas más cosas divertidas: a más humoristas de tv., gráficos, caricaturistas.  No sé.  Tantas cosas se pueden hablar cuando se está compartiendo un rato agradable.
La otra noche, por ejemplo, mientras estaba en un bar tomándome unas copas, a un señor se le ocurrió decir chistes para que los escucháramos todos los clientes.  ¿Te lo he contado alguna vez? ¿Te ha sucedido algo parecido?  Debería haber una forma de que tú y yo nos comunicáramos de inmediato.  Es posible que en el futuro esto sea posible.  Bueno, ya es algo posible; se hace a través de WhatsApp.  La gente está cada vez más metida en este entretenimiento de la comunicación.  Les gusta.
Voy por la calle y escucho un ruido, como un silbido.  Y más adelante otra vez.  Cuando voy a  mirar el móvil, creyendo que me están enviando un mensaje a mí, resulta que cuatro o cinco personas están haciendo igual.  Curioso, ¿no?  ¿A que también te ha sucedido algo parecido cuando viajas en el tren o en el autobús?  Hoy estamos rodeados por aparatos y desbordados por los sonidos y las imágenes. 
¿Qué edad tienes tú?  Te lo pregunto porque tal vez conociste el transistor. Y si no lo conociste, yo te lo cuento.  Yo lo conocí.  Así que ya sabes que he  superado los 50.  Ese aparatico, pequeño y casi por entero metálico, tenía cualidades particulares.  Te cuento que se podía llevar a todas partes, y por lo pequeño que era se podía meter en el bolsillo de la cazadora.  Se podía poner a funcionar con tan solo dos baterías pequeñas, de las delgaditas.   Cuando lo escuchabas podía ser para ti solo, si querías.  Hoy el móvil lo llevan muchas personas, y aunque también es para uno solo, en ocasiones le ponen tanto volumen que lo escucha todo el mundo.  La verdad es que todos los pasajeros del bus se enteran de lo que se come en casa.   Son días diferentes, sin duda.
A ver si alguna vez nos encontramos en la calle o en una cafetería, o quizá en un concierto y continuamos conversando acerca de lo entretenido que es comunicarse.  ¿Por qué no?  Si se puede, lo hacemos.  Bueno, te dejo, que quiero ir a comprar una camisa nueva.  Me gusta comprar ropa.  Puede ser que algún día te la enseñe.  ¡Ah! No te olvides de mí, que Javier estará aquí para cuando quieras conversar o contar o leer algo.  Aquí o en otro lugar me encontrarás.  Llévale recuerdos a tus seres queridos.  Quizá a ellos también les guste hablar y contar historias.  No te entretengo más.  ¡Hasta la próxima vez!

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