miércoles, 11 de abril de 2012

Soledad

Sobre el paso que da mi cuerpo solo me acompaña mi sombra,
Es soledad.
Una mañana en que la cortina abro, una noche en que la cortina cierro,
la sombra sobre mi cama está conmigo y yo con ella,
Es soledad.
Bajo la escalera y aquella me sigue; salgo a la calle y camino por la acera y está a mi lado;
no hace compañía ni deja huella,
Es soledad.
Que el corazón está en tinieblas y los sonidos y los colores se estrellan contra la pared de mis sueños,
Es soledad.
En la jaula sempiterna de una ilusión que no es hechura;
en la profundidad de un pensamiento que no vuela
y en la estrechez que una cárcel a un preso encierra,
Es soledad.
De mi llanto que se ahoga en mi garganta y que ningún otro como yo escucha;
en el recuerdo de su propio llanto y de su propia angustia,
Es soledad.
Aún la sonrisa y la alegría que expresan un corazón y un rostro que de un hombre y una mujer se muestran,
Es soledad.
Porque la vida que en un hombre está, no estará en otro, jamás.
Y es en el sentir de mi vida, la tuya y la de otro,
donde se ve que la soledad es sempiterna así cada quien sentidamente la viva.
Soledad.

Ricardo de la Tierra
Madrid, 11 de abril de 2012

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